Segunda parte de entrevista con la candidata del PVEM a la alcaldía de Celestún. Rosa Alva Acosta Narváez habló del alcoholismo de su padre, la pérdida de su primogenito y también de la violencia de género que se viven en el puerto
POR IRBIN R. FLORES PALOMINO
CELESTÚN (Mayo 29, 2021).– Rosa Alva Acosta Narváez hizo historia el pasado 1 de julio de 2012, al convertirse en la segunda mujer electa para gobernar este puerto, uno de los destinos turísticos más importantes de Yucatán y, también por la actividad pesquera.
Seis años después de haber dejado la administración pública, la candidata del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia municipal encontró un Celestún abandonado y, donde ser mujer es complicado, por la alta tasa de embarazos en adolescentes y la violencia de género, que en 2019 desencadenó en un feminicidio.
Entrevistada sobre el incremento de la violencia de género en el puerto, Rosa Acosta afirmó que de ganar la alcaldía puede “quitar esa mancha”.
Para ello, “tocaré las puertas para tener un mejor Celestún, ya sea con diputados locales, federales o senadores”.
A una pregunta expresa, la candidata afirmó que para ella “no es peligroso ser mujer en Celestún”.
Y mandó un mensaje: “Una mista forja su destino. Nosotras tenemos que poner un alto a cualquier tipo de violencia. Para eso existen los divorcios, aquí no estamos para cargar una cruz ni aguantar esposo violentadores”.
Vida y familia
La ex alcaldesa como muchas celestunenses asimiló el rol de jefa de familia y apotar a la economía del hogar.
Por la falta de oportunidades, no pudo continuar sus estudios. Desde niña supo que era ganarse la vida, para luego emprender negocios en los que estuvo al frente, desempeñándose como administradora, secretaria, empleada general y compaginarlos con la faceta de ama de casa. “Siempre hay tiempo para todo”, comentó.
En el ámbito personal, del cual nos habló sin tapujos, Rosa Acosta señaló que su mamá Victoria Nárvaez le enseñó la importancia de trabajar.
A su padre Alfonso Nárvaez, lo recordó como un hombre responsable con la familia y cariñoso con ella, pese a la distancia.
–Desgraciadamente, la adicción al alcohol lo perdió. Nunca me maltrató. Era su adoración, me decía “Rosetita” de cariño en los telegramas que me mandaba. Cuando él ingreso a trabajar en Recursos Hidraúlicos, en Quintana Roo, me mandaba mi dinerito cada quincena. Él tomaba, pero era muy responsable con nosotros. A mi hermanito Alfonso le dio estudio, por eso es licenciado en Administracion de Empresas Turísticas –expuso.
Sobre su esposo Deciderio García Pinzón, mencionó que lo conoció en el cine, cuando en Celestún había uno.
Al hablar de sus cuatro hijos, Rosa Acosta dejó en claro que a Neyvi, Alfonso Manuel y Jordi los trató por igual y está orgullosa de los éxitos personales que han conseguido como formar sus propias familias.
Neyvi es licenciada en educación especial y radica en Mérida; Alfonso Manuel labora en Celestún y Jordi, lo describió como alguien con chispa e inteligente para los negocios.
“Jordi siempre presume que aprendió mucho de los negocios a mí”, expresó. Sin embargo, reconoció que no fue bueno para los estudios. “Lo expulsaron tres veces del Colegio San Agustín. De plano, el director me dijo que gastaba mi dinero”.
También habló de Ricardo, a quien se refirió como “su Ricky”, quien el 14 de julio cumplirá 10 años de haber fallecido.
“Él era un líder. Ricky siempre se preocupaba por mí y por toda la familia. Él siempre apoyó la preparación y el estudio de las personas”, afirmó.
“Se te arranca un pedacito de tu corazón”
La muerte de su primogénito fue para Rosa Acosta uno de los momentos más díficiles de su vida. “Una siempre tiene que aprender a vivir con el dolor, es un pedacito de tu corazón que se te va, que se te arranca. Yo soy de un carácter muy fuerte, voy a seguir los ideales de mi hijo para seguir adelante, él me da fuerzas para continuar y no caer”, describió.
Aunque la pérdida es irreparable, Rosa Acosta encontró en sus otros hijos, nietos y en el trabajo las motivaciones para continuar.
El vínculo madre e hijo llegó a las esferas políticas. En 2011, Ricardo se perfilaba como unos candidateables del PRI a la presidencia municipal de Celestún.
“Yo le dije a mi hijo que para la elección del 2012 le cedía mis derechos políticos para que el fuera el candidato. Él aceptó porque era joven y preparado”, recordó.
Sin embargo, Ricardo se adelantó. Rosa Acosta asumió el reto y en 2012 bajo las siglas del PRI en coalición con el PVEM ganó las elecciones.
“En tres años, los celestunenses vieron los resultados. Pavimenté calles, mejoré el servicio de agua potable, nunca habo tantos apagones. Me ocupé por el bienestar de los celestunenses”.
CONTINUARÁ…
En la próxima entrega, Rosa Acosta hablará del proceso electoral, las propuestas, qué quiere para Celestún y, por su puesto, de Leonel Rosado Mena.