Si se aplicara la pregunta, “Tras la definición de las candidaturas 2024 de Morena en Yucatán, ¿quiénes son los grandes perdedores de ese instituto político?”. Sin duda alguna, la respuesta más repetida es “sus fundadores”, que se vieron rebasados, aplastados y menospreciados por una directiva que le apuesta a un pragmatismo electoral muy lejano al credo guinda de “no robar, no mentir, no tracionar”.
Con la mano en la cintura (muchos de ellos con su pensión del Bienestar en la bolsa), fueron testigos de cómo lo peor del viejo PRI será la nueva oferta electoral de Morena en Yucatán, pero también dejó colgados con su oportunismo a sus necios directivos que se aferran a un cargo público, ya sea en el partido o en el gobierno, para mantenerse a toda costa en la ubre presupuestal.
Así, entre los grandes perdedores de esos morenistas yucatecos podemos mencionar, primero las damas, el caso de su desaparecida presidenta Alpha Tavera Escalante, quien intentó utilizar ese puesto partidista como trampolín a la candidatura a la gubernatura yucateca o cuando menos de una senaduría. Del plato a la boca, la sopa la bañó por completo, pues quedó como una directiva incapaz de defender a su militancia y, por el contraste, acatar la imposición de chapulines recién llegados del PRIAN a las principales nominaciones, y se quedó sin una rama a la cual brincar para mantenerse en el erario.
Otro gran perdedor es el impune violador electoral (también carga en su expediente una denuncia por acoso sexual), Rogerio Castro Vázquez, quien sin el mínimo pudor se aprovechó de su cargo como secretario general del Infonavit para financiar una millonaria campaña publicidad de su imagen. Pero se quedó sin su esperada candidatura a la gubernatura, ni la senaduría, pepenando por una candidatura plurinominal a la Cámara Baja.
Y lo que parecía una promesa política gracias a su frescura, Oscar Brito Zapata, hoy se tuvo que conformar con ponerse a disposición del candidato a la gubernatura, Joaquín Díaz Mena, pues fue nominado candidato por una demarcación donde será muy difícil de alzarse con el triunfo (continuará).