Un nuevo visitante del espacio exterior ha captado la atención de la comunidad científica. Se trata del cometa interestelar 3I/Atlas, un objeto proveniente de fuera del sistema solar que fue detectado por primera vez en julio por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), ubicado en Río Hurtado, Chile. Desde entonces, el cometa ha mostrado un comportamiento inusual que llevó a la NASA a activar su protocolo de defensa planetaria.
De acuerdo con los astrónomos, el cometa 3I/Atlas es el tercer objeto interestelar registrado desde la Tierra y se distingue por su trayectoria hiperbólica, lo que significa que no orbita alrededor del Sol como los demás cuerpos del sistema solar. Actualmente, se encuentra a más de 348 millones de kilómetros de la Tierra, y la luz que emite tarda cerca de 19 minutos en llegar al planeta.
Este cuerpo celeste está compuesto por un núcleo helado rodeado de una nube luminosa de gas y polvo, lo que confirma su clasificación como cometa y no como asteroide. Aunque su tamaño exacto aún no se ha determinado, los especialistas aseguran que se desplaza a 61 kilómetros por segundo y aumentará su velocidad conforme se acerque al Sol.
Según cálculos de la NASA, el 3I/Atlas alcanzará su punto más cercano al Sol entre el 29 y el 30 de octubre, a una distancia aproximada de 20 millones de kilómetros. Después de ese acercamiento, se prevé que pueda observarse desde la Tierra a inicios de diciembre, principalmente mediante telescopios.
A pesar de la alerta preventiva emitida por la agencia espacial estadounidense, los expertos descartan cualquier riesgo de impacto, ya que el cometa 3I/Atlas no se acercará a menos de 1.6 unidades astronómicas, es decir, unos 240 millones de kilómetros del planeta.
El fenómeno representa una oportunidad única para los astrónomos, quienes continúan monitoreando su trayectoria y composición para comprender mejor el origen y comportamiento de los objetos interestelares que cruzan el sistema solar.